28/6/09

4/6/09

Cadáver exquisito


Aparece una llama saltarina que se posa en una palabras donde pone huevos de luz,
en el cráter ovalado de la flor planetaria fiel a la promiscuidad del viento.
Sabido que el blues necesita el viento así como la voz que marca la pauta que
da el ritmo que presta el asombro que brinda el abismo que no se para a separar -que yo sepa-
repara en las flores cerradas de noche sobre la llama que llama a abrirlas en pedazos de alas de
araña que preludia la rampa que aterriza en el cúlmen de una fracción intensa de estrato
soporífero malva que se eleva a lo verde de un bicho abstracto de somnolencia insistencia en
la maraña de la mañana sin futuro en la que los carniceros lloren toda la sangre que les vino
de un mugido de cuerno estático. Eco de pradera ensangrentada sin motivo. Conjunto de intenciones no intencionadas que intuyen el mismo sopor de siempre: un rescoldo de instantes iluminados por un hilo que se lanza.
L y L